Cuando alguien realiza algo que lo hace feliz siempre va a ser mirado con extrañeza y, sobre todo, con envidia por los demás.

Lo común, se supone, es no ser feliz. Lo extraño es serlo.

Mucho menos común es ser feliz si uno es pobre, si uno es humilde, no solo no es común, es peligroso.

Eramos TAN Pobres

Se supone que uno tendría que ir por ahí preocupado, pensando como hacerse Rico. Así uno crece, así la sociedad crece.

Que dibujo Metrosexual, a mi dame a Boogie

No se puede ser feliz comiendo choripan, viajando el tren, yendo a la cancha. Eso es cosa de negros.

Existe El Caviar, Los Mercedes, La Opera.

No se puede ser feliz tomando un feca con los amigos, viendo una de Olmedo y Porcel, escuchando a Cacho Castaña. Eso es cosa de negros.

¿Y el Latte?, ¿Y Woody Allen?, ¿Y Sinatra?

Tomando un Feca con Amigos

 

Peor que disfrutar de toda estas negradas es admitirlo e incluso difundirlas.

Que a un negro le gusten las negradas, que haga cosas de negros, vaya y pase, pero que no lo admita, que lo esconda. Que no sepa vivir es una cosa, pero que no se sienta orgulloso de eso. Con el orgullo gay tenemos suficiente.

Marchan por el orgullo

Y si encima para difundir las negradas se profana algo tan sagrado como la líteratura, y se pretende que sea arte, bueno ya estaríamos hablando de una negrada francamente imperdonable.

En Rosario hace 62 años nació un negro al que le gustaba hacer cosas de negros.

Y les gustaba contarlas y a veces volcarlas en un papel.

En el transcurso de su vida algunas de esas cosas de negros, gracias a negros como él, dejaron de ser cosas de negros, otras no.

Otros NEGROS como él

A él poco le importó, siguió con sus cosas, con sus cosas de negros y con las que ahora eran bien vistas.

Hoy nos dejó ese negro. Ese negro que disfrutaba hacer cosas de negros, que difundía cosas de negros, que no temía ser el blanco de nadie.

Blanco de muchos dardos venenosos

Debe ser la primera vez que un negro deja una gran obra y no porque se cayó de un andamio.

Chau Negro, gracias, nos vemos este verano en La Playa.

El Sabio: Un libro con todas las historias de Inodoro Pereyra corona mi biblioteca personal. El Negro era una persona a la cual estimé mucho. No solo por lo que dice El Beduino en este sentido homenaje, sino porque tambien marcó un antes y un después en el humor argentino.

Gracias Negro, Inodoro, Mendieta, Eulogia, el cacique Lloriqueo, los loros, Nabucodonosor el chancho, Boogie el aceitoso, Les Luthiers (de quienes era colaborador creativo), Crist, Quino, Caloi, toda la gente que está en el humor y todos aquellos que alguna vez disfrutamos de tu sano e inteligente ingenio e inventiva te vamos a extrañar. No solo Rosario está de luto.