A principios de la década de los 90 (eso es en el siglo pasado, si, ya se, es historia antigua) la gente era diferente. Miraba supercampeones, brigada A, no sufría tanto de la dominación femenina y muchos escuchaban AM y hablaban del tiempo. El alfajor comenzaba ya a caer en un claro declive que consecuentemente llevó a su muerte, al igual que el todopoderoso Naranjú. La gente no comía yoghures laxantes y no existía Palermo Almeja.

También pasaba algo que hoy nos parecería muy extraño. La gente no tenía teléfonos celulares. Había muy pocos que lo utilizaban, y lo que tenían aquellos desafortunados ejecutivos de multinacionales era un terrible ladrillo, generalmente gris o negro, que no cabía en ninguna cartera, no vibraba y sólo servía para hablar por teléfono.

Viene con una Polaroid

Sin embargo, alguien pensó que la gente necesitaba estar comunicada todo el tiempo. Que las mujeres necesitaban poder «rastrear» a sus maridos. Que alguien quería sacar el teléfono inalámbrico fuera de casa. Y surgió el teléfono celular.
Y después a alguien se le ocurrió que un celular era lo suficientemente inocente como para sacarles fotos a escondidas a las mujeres, entonces nació el celular con cámara.
Y después otro pensó que por ahi, en vez de escuchar las idioteces que le decía la gente con la que hablaba, podía escuchar mp3, entonces, inventó el celular con walkman.

No se para que me la saco si igual va a quedar para el orto!

Lo malo es que la mayoría no hace ninguna de las 3 cosas bien. No se escucha bien la música, las fotos son malísimas y encima tienen baja señal. En mi humilde opinión, si no hace las 3 cosas bien, prefiero un celular para hablar, una cámara para sacar fotos y un walkman.

¿Se lo llamará celular porque la intrincada red de servicios se basa en células o celdas? ¿O por su influencia en las células del cuerpo? Un par de rusos hirvieron un huevo con 40 minutos de charla continua entre 2 celulares.

Más allá de eso, sobre lo que voy a teorizar hoy es sobre la «personalidad de los celulares». Reflejan claramente la de sus dueños.

Algunos ejemplos:
Mi hermano menor siempre obtuvo todo de los resabios de sus dos hermanos mayores, ropas, muebles, computadoras, etc… Obviamente, su celular no es la excepción.

Mi otro hermano está en el circuito «paralelo», escucha bandas que nadie conoce y consigue compacts en lugares extraños. Por supuesto, su celular fue comprado a alguien que se lo compró a alguien que se lo compró a alguien. Origen: el circuito paralelo.

Conozco a alguien que se la pasa hablando. Habla muchísimo, pero siempre son monólogos. Una vez intenté hablar con alguien desde su celular. No se escuchaba nada, sin embargo, la otra persona me escuchaba alto y claramente.

Otra persona vive en base a su tarjeta de crédito, la cual, jamás tiene crédito, la revienta mes a mes. Su celular es a tarjeta, y nunca tiene crédito.

Tengo una amiga que se considera a si misma un poco loca. Su celular envía mensajes parecidos a «h@o@l@a@c@o@m@o@e@s@t@a@s@?». Su celular, también está loco.

El celular del leñador ha sufrido incontables golpes. Sin embargo resiste, es duro y las palabras procedentes de el suenan contundentes.

La típica cheta tendrá su celular seguramente rosa con estrellitas y cosas similares.

I am fashion!

Un ejemplo clarísimo es el de los «nuevos ricos». Tienen el mejor celular que el dinero puede comprar. Lejos. Mejor que el de cualquier trabajador. Cocina, hace la cama, plancha, saca fotos y hasta le dice que posición está haciendo la hija con el novio. Sin embargo, suena el celular, y el ringtone es Cumbia Villera. Piolavago a tope.

Y así con muchos otros casos. La gente simple tendrá el celular que sólo le permite hacer llamadas. La gente mayor utilizará un Startac o uno de los famosos ladrillos. Y todos felices.

No tienen un boton de MUTE?

La gente que utiliza Nextel y anda hablando con el altavoz por todos lados es gente que intenta demostrar que es mucho más de lo que realmente es. Quiere sentirse como parte de la farándula, famosa y que todo el mundo se interese por su vida. El Leñador, sin dudas, intentaría darles hacha.

Creo que muchos se identificarán con su celular, casi más que con la imagen que ven en el espejo todas las mañanas.

Así como existe la grafología (la determinación de rasgos de la persona a partir de su escritura) El Sabio se retira a fundar la celularología.